lunes, 12 de marzo de 2012

Cosas que me hacen súper happy

Mi amigo Edu, un gran, gran amigo en la distancia, me ha escrito diciendo que sí, que muy bonita mi entrada de la mala leche, que se identifica mucho... pero que qué es eso del mal humor, que esa entrada prometida de las cosas que me hacen feliz es la que importa y que me deje de malos humos.

Como mi amigo Edu es alguien fantástico que cuando ha leído entradas tristes me ha escrito para que me desahogue con él, no simplemente para decirme que me anime y que arriba ese ánimo y que me olvide de los malos sentimientos como si no existieran, como hace mucha otra gente cuando te ve mal, le dedico esta entrada a él, a él y a toda la gente que me escucha cuando estoy triste y que entiende que los problemas no se arreglan con un "bah, anímate".


Aquí están las pequeñas y grandes cosas que me alegran la vida, que hacen que un día normal se convierta en un buen día, todas esas cosas que si se dieran más a menudo todos seríamos mucho más felices y nos harían sentir mucho más bienestar en nuestro día a día.

Va por ti, Edu:



- Cuando alguien me llama por mi nombre. Es una tontería, lo sé, pero esque a mí me encanta mi nombre y me gusta que la gente se moleste en darme unos buenos días personificados, no como un robot. Para mí no es lo mismo que alguien pase por mi mesa y diga "buenos días" o que me diga "¡buenos días Patricia!". Me pone una sonrisa en la boca, y es algo muy sencillo con un efecto de lo más agradable. Llamadme por mi nombre por favor, me encanta.

- Entrar en la cocina y descubrir que Mr. Rossi la ha limpiado a fondo sin decirme nada ni pedirme ayuda. Me salen corazones por las orejas de puro amor.

- Oír por el walkie como Abril se despierta de la siesta y se pone a jugar o a cantar en su cuna. Mi niña siempre tiene muy buen despertar, y me muero de amor cuando depronto oigo su preciosa vocecita riéndose o hablando sola. Y al igual que cuando se despierta, me súper muero de amor cuando la dejas en su cuarto para dormir por la noche y la oigo cantarse nanas a sí misma hasta que se duerme.

- Que suene el telefonillo y oír una voz que dice: "Cartero, traigo un paquete". Mi abuela es una persona que me da muchos, muchísimos buenos momentos en mi vida.

- Plantar una semillita y descubrir un día una pequeña hojita verde en la maceta. Reboso de ilusión.

- Las buenas noticias desde MS, el albergue con el que colaboro.
Su representante mediática nos tiene a todos los socios muy al tanto de las novedades entre los animales, nos cuenta los que llegan y el estado en el que llegan, las evoluciones de cada animalito y las intervenciones que han necesitado, los que han sido adoptados y, por supuesto, nos cuenta los que no han mejorado o los que no han podido superarlo.
Hace poco escribió un email tristísimo contándonos que una perrita que había llegado nueva con muchísimos problemas de columna por una pelea con otro perro había muerto en sus brazos discretamente, casi sin que ella, que estaba trabajando en el ordenador mientras la acariciaba, se diera cuenta. Todos habíamos seguido muy de cerca la recuperación muy favorable de la perrita porque esta mujer nos había tenido al corriente de cada pequeñísima novedad, contándonos que le había cogido especial cariño porque era una dulzura de perrita y que estaba pensando en quedársela. El email larguísimo que envió contándonos cómo se sintió cuando se dio cuenta de que la perrita acababa de morir en sus brazos sin que ella casi lo notara era tan intenso y lo viví tanto que pensé en poner los emails de esta mujer entre los "no deseados", porque cada vez que leo una de estas historias se me rompe el corazón en mil pedazos. Pero cada vez que llega un email con nuevas noticias, con perritos con triste pasado que finalmente han encontrado una familia y han sido adoptados, con animales con terribles enfermedades, deformaciones y fracturas se han recuperado favorablemente y ahora son felices... me da la vida. Me da la vida de verdad. Colaborar con una asociación que hace una labor tan maravillosa me hace inmensamente feliz.

- Las flores. Oh por favor, regaladme muchas, muchas flores.

- Cocinar para alguien y que me diga que está de muerrrrte. Yo cocino fatal, pero le pongo muchísimo cariño y mucho entusiasmo, lo cual ha derivado en que al final no cocine tan mal y las cosas, a veces, me salen muy ricas. Si esque ya me lo decía mi madre: cocinar es un acto de amor.

- Palomitas a mi derecha, Mr. Rossi a mi izquierda, mis tobillos entre los dos asientos de delante y que se apaguen las luces. Y acción. Una de mis sensaciones favoritas en el mundo.

- Las deducciones de mi hija, que ya empieza a pensar por ella misma y es genial. Por ejemplo cuando se le escapó un globo de los del Friday´s y dijo "¡¡sa caío adriba!!" o cuando vio una foto mía de pequeña y dijo que era su prima Ana.

- ¡Pi pi! que me llegue un email. Abrirlo y leer: "tiene usted un nuevo comentario en su blog Voy a contarte un secreto en el post..."

- Cuando la gente me pone motes o me llama de alguna manera específica. Bernabé me llama Sporty, Néstor me llama Rubita, en Abengoa me llamaban Pat, mi familia me llama (o llamaba) Pati, mi abuela me llama Pocholina, mi padre me llamaba Pata, Bego me llama Patiki... . Ah, y Abril a veces me llama papá, pero eso es porque mi hija tiene un pequeño problema con algunas letras y las suele convertir en pes. Cuando está constipada tiene pocos y su animal favorito (después del gatito) es la paca, así que estamos el Belo, la Bela, la tía Osi, papá, papá y Nuno.

- Mirar mi armario... remirarlo... pensar en que me lo tengo todo muy visto y no tengo nada que me apetezca ponerme... volver a mirarlo.... y depronto....¡¡sorpresa!! descubres una nueva combinación entre dos prendas que nunca antes habías combinado. Subidón total.

- Los viernes y mis auto-regalos. Este último viernes, baño de espuma con gel de aceite (regalo de mi abuela), velas y el disco de Bruno Mars de fondo. Y después me embadurné todo el cuerpo con una crema hidratante de caviar súper-mega nutritiva, cortesía también de mi abuela. Porque yo lo valgo.

- Mis sobrinos. Mis inteligentes, dulces, cariñosos y adorables sobrinos.

- Que mis compañeros me regalen algo del merchandising que les llega de regalo. Hace unos días me regalaron un robotito que bailaba chulísimo, pero también han caído una tabla para cortar queso con todo un juego de cuchillos especial para diferentes tipos de quesos, una mochila, cupcakes con dibujitos e infinidad de bolis, botellas de vino navideñas y caramelos, entre otras cosas.



Y estas son algunas de las miles de cosas que me hacen sonreír y sentir que la vida vale la pena a pesar de todo.

Y a propósito, os recomiendo que os hagáis vuestra propia lista, porque empiezas que no se te ocurre nada y al final te pones te pones y empiezan a salirte momentos maravillosos de la vida y no sabes exactamente dónde parar. Y es muy gratificante, os lo aseguro.

3 comentarios:

La nueva vecina dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
La nueva vecina dijo...

Bonita selección de detalles de la vida que hace que sea algo más dulce cada vez que suceden...

Totalmente de acuerdo contigo en lo del armario y en lo de los sobris!

Buenas tardes, PATRICIA!!

Anónimo dijo...

Hola Pat, yo ya tengo mi lista de las cosas que me arrancan una sonrrisa,y tienes razon, siempre hay alguna nueva que añadir aunque sea una tonteria, pero son los pequeños detalles los mas importantes, por ejemplo, el olor de la leche caliente, me encanta y me hace sentir bien.
que tal te va todo? te mando muchos animos desde Inglaterra y un millon de besos para tu familia.
Cuando consiga mudarme y tenga mi casa, con una buena conexion a internet me gustaria publicar un blog con todo lo que estoy viviendo, y espero que algun dia vengas por aqui, esto es precioso ya te lo dije. : D

Elis

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