lunes, 23 de enero de 2012

Cuatro maneras de celebrar el año nuevo chino

- Comiendo comida china. Ferrán Adriá, a quien no considero ningún genio pero al menos sabe de lo que habla, lleva años diciendo que la gastronomía china es la que más le interesa. No la sofisticación de la cocina francesa, no la amplia cocina asiática, no: la comida china en concreto. Y esque ésa debe ser una de las pocas cosas que este señor tan aclamado y yo tenemos en común, porque la comida china siempre ha sido mi favorita. Pero ojo, no cualquier restaurante chino de barrio repleto de farolillos rojos y con cuadros de cascadas que se mueven, no señor. La comida china hay que comerla con clase, y yo lo llevo haciendo años en Da Kin Hong, un maravilloso restaurante donde se preocupan en quedarse con tu cara y saludarte por tu nombre. La decoración te transporta a su cultura, pero a su cultura de verdad, no a la tienda de veinte duros de abajo, y su pato a la naranja, Teppanyaki de pollo o su ternera en salsa picante te transportan directamente al cielo. Allí he llevado a comer y a cenar a mucha gente. Pero cuidado, sólo a mi gente más selecta. Que un tesoro así no hay que compartirlo con cualquiera...






- Usando cosmética china. De acuerdo, los franceses llevan siglos de ventaja y marketing, pero las mujeres chinas tienen pieles envidiables. Herborist es una marca china que vende Sephora que tiene mascarillas de color blanco (limpiadora) y negro (purificante). Y voilá, ya estamos listas para un primerísimo plano. Y si no vean una foto mía de antes y después de empezar a usar cosmética oriental. Sí sí, de cuando en mis poros había espacio para toda una comunidad de grillos.





- Viajando a China. Todavía quedan 3 semanas de celebración de año nuevo (a eso le llamo yo una buena Nochevieja), así que aún tenemos tiempo para meternos en Rumbo, buscar un billete asequible, coger nuestro pasaporte y marcharnos a vivir la gran fiesta in-situ. Pero nada de Pekín (ah no, que ahora se llama Beijing) o Shangai, tan comerciales y tan occidentalizados por su gran cantidad de turistas curiosos que no se saben adaptar a su cultura. No. Vayámonos a Zhengzhou y aprendamos el idioma más hablado del mundo mientras admiramos las luces de la Memorial Tower de noche, volemos hasta Guilin y vivamos la experiencia de dormir en el Homa, vayámonos a algún pueblo de nombre impronunciable para nosotros y metámonos debajo del disfraz de enorme dragón rojo con el que reciben el año.





- Investigando en internet las maravillas de su cultura y siguiendo a rajatabla sus sagradas tradiciones. Como por ejemplo, tener muy claro que en los primeros cinco días del año lunar está terminantemente prohibido barrer tu casa, porque puede ser que por accidente barramos nuestra riqueza y buena suerte fuera de nuestra casa, y nosotros no queremos eso. Si se nos rompe un plato, hay que decir enseguida “sui sui ping an” que significa ”paz a través del año”. Hay que mantener encendidas las barras de incienso y las velas día y noche para promover la longevidad, y también hay que esconder los cuchillos y las tijeras para evitar que uno accidentalmente corte el “hilo de la buena suerte” en el año que viene. Algo que desde luego, tampoco queremos en absoluto.







El año del dragón, un año que inspira muchísimo respeto a la comunidad china, empieza hoy, y según nos cuentan nuestros amigos chinos, será un año en el que nos podremos permitir el lujo de descuidar un poco nuestro trabajo para invertir ese tiempo en familia y amigos. Y aunque se augura un año complicado para mi signo zodiacal chino, el perro, ya sólo me quedan 6 años para que llegue mi año.





Feliz año del Dragón. O lo que es lo mismo, Xīn nián kuài lè.

1 comentario:

Sra. T dijo...

Acabo de llegar a tu blog!!

Mil gracias por tu email!

me quedo para leerte!

Feliz año chino!

Besotes

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