miércoles, 18 de enero de 2012

Mi abuelito

Querido abuelito,


Si todavía estuvieras con nosotros, hoy cumplirías 83 años. Yo me acuerdo cuando era muy pequeña y celebrábamos nuestro cumples soplando velas juntos por los pocos días de diferencia, y a mí me encantaba que los dos fuésemos del mismo signo.


A menudo me escribías cuentos, cuentos de niñas, de gatitas, de patitas... y al personaje principal siempre le ponías mi nombre y a los demás los de mis amigas. Siempre estabas escribiendo, y cuando no, estabas dibujando, haciéndome retratos, a mí y a todos los niños que veías. Y cuando no estabas escribiéndome cuentos ni haciéndome retratos, me cantabas canciones. Te las inventabas o simplemente cambiabas la letra de canciones populares y las adaptabas a lo que yo estuviera haciendo en ese momento. Siempre estabas creando, siempre siempre estabas haciendo trabajar tu infinita imaginación.


Yo te adoraba, y tú siempre lo supiste. Supongo que tenerte tan lejos acentuó ese sentimiento, porque ahora me doy cuenta de que yo siempre estaba acordándome de ti, de vosotros. Recuerdo como, cuando estaba hablando con la abuelita por teléfono y contándole mis cosas toda seria, alguien cogía la otra línea y depronto se oía una voz que, lejana a la conversación que estábamos teniendo, gritaba "¡¡Patiii, bonitaaa, no sabes cuánto te echamos de menooos!!".


Siempre he sabido lo mucho, muchísimo que nos querías. Siempre lo he sabido porque... ¿cómo no saberlo, si aprendiste a usar internet a tus setentaymuchísimos años sólo para poder enviarnos emails diciéndonos a todos lo muchísimo que nos querías o lo guapa que estaba la abuelita después de volver de la peluquería?, y madre mía lo que te costó, la de veces que te tuvimos que explicar todos paso a paso cómo se hacía, la de veces que nos decías cosas que nos hacían reir, como "¡aquí no pone eso que acabas de hacer!" - "ya bueno, esque sólo he encendido el ordenador..." - "¡ay bueno, tú ponme eso también, que si no se me olvida!". Y esque lo hacías todo con tanto amor...

El caso es que últimamente he estado pensando mucho en ti, mucho más de lo habitual, y supongo que es porque después de todos estos años de caos, ahora me he asentado y me doy cuenta de lo muchísimo que te echo de menos, lo mucho que me ayudaría que estuvieras a sólo unos kilómetros o a una llamada de teléfono para poder hablar contigo y preguntarte todas esas cosas que tanto me quitan el sueño, para que me dieras todos esos consejos que tanto necesito. Y lo mucho que me gustaría tener una foto tuya con Abril, o que le hicieras un retrato. Porque no te haces una idea de lo mucho que la abuelita disfruta de su bisnieta, y eso que ella no ha sido nunca muy de niños, así que me imagino que tú te volverías loco con ella, y veros juntos me haría inmensamente feliz.


Ahora que soy mayor, me doy cuenta de lo importante que eras. Todas esas cosas que oía y que yo no sabía lo que significaban, como que tuviste un premio en el festival de Cannes o que te dieron el premio Lazarillo. Y esque todo el mundo te quería, eras una persona apasionante, pero apasionante de verdad, no es porque fueras mi abuelito y a mí me lo pareciera, esque eras de verdad especial y dejaste huella en muchísima gente. Y como es lógico, sufriste las envidias de la gente mediocre, como le pasa a mi abuelita, como les pasa a mis tíos, como me pasa a mí. Y yo me doy cuenta de que he heredado muchísimas cosas de ti, que plantaste una semilla en nosotros que está creciendo a pasos agigantados, o por lo menos eso es lo que yo siento en mí. Nos enseñaste a expresar nuestros sentimientos a través del arte, nos enseñaste a sacar para afuera, a soltar lo que llevábamos dentro, nos enseñaste la importancia de decirle a la gente lo que sentimos, nos enseñaste que lo más importante del mundo es respetar, respetar las opiniones de los demás y respetar las de uno mismo sin forzarlas, y nos enseñaste a disfrutar de la vida, no importa lo dura que ésta sea. Y yo noto como todos esos valores los tengo corriendo por mis venas, porque tú siempre aplaudiste mi manera de ser y siempre apoyaste todo lo que yo pensaba, decía o sentía, y eso no se me va a olvidar nunca.



Aún no me he perdonado a mí misma ser el único miembro de la familia que no fue a verte cuando estabas a punto de morir, pero esque me hacía tanta falta el dinero que no sabía qué sería de mí si pasaba unos días sin cobrar. Ahora veo que fue una estupidez, pero era tan joven...


No me despedí de ti, pero esque para mí aún no te has ido. Y espero que esa sensación de que estás conmigo dure para siempre, porque no sabes el bien que me hace, no sabes la falta que me hace sentir que tú no me abandonarías jamás.

Así que, por favor, estés donde estés, sigue a mi lado como has hecho siempre. Y si quieres podemos volver a soplar juntos las velas por nuestro cumpleaños.


Muchísimas felicidades, abuelito.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Así era tu abuelo, es decir, mi padre. El corazón también tiene sus heróes. Mi padre -tu abuelo- era el nuestro. Era bueno, inteligente y ético. Ahora solo queda que no desperdiguemos su legado emocional, que es el verdadero patrimonio, el único que cuenta. Te felicito por tu exto. Tu tío Eduardo

Anónimo dijo...

Hermoso texto
E

patricia dijo...

Muchas gracias tío, muchas gracias Ana...

Web Statistics